Ya cada dia es menos extraño que los médicos, los nutricionistas, los presentadores de televisión y hasta los peluqueros nos recomienden eliminar las sodas, o los refrescos de nuestra dieta diaria. Pero la campana de mercadeo que las compañías productoras de estas bebidas lanzan diariamente, hace cada vez mas difícil que la población en general este clara en las razones por las que esto ya no debería ser ni siquiera un tema de discusión. No existe ninguna razón ni siquiera “dudosa” que nos guíe a consumir refrescos o sodas, y no la va a haber en un buen rato, porque ni siquiera aquellas que prometen “zero” calorías, o nada de cafeína, o quizás que son “orgánicas” han podido eliminar del todo los ingredientes que causan diabetes, obesidad, osteoporosis y otra larga lista de enfermedades inflamatorias crónicas.
Comencemos por el gran culpable de la obesidad en este país el “high fructose corn syrup” todas las sodas lo contienen y en altísimas cantidades. Este ingrediente es capaz de estimular los genes de la obesidad en aquellas personas que lo padecen y además alteran el mecanismo de saciedad que opera en el estomago. Ah pero seguro mas de uno estará pensando y los que tienen slenda o nutrasweet? Pues esos están ocasionando un peligro grave de sobredosificacion del refresco porque nos causan una sensación falsa y mentirosa de seguridad, porque no tienen calorías, pero la verdad es que lo que les falta en calorías les sobra en ingredientes dañinos para la salud. Es por ejemplo bien sabido que uno de los ingredientes de la splenda es el arsénico en mínimas cantidades. Otro detalle es que el apártame es cancerigeno y que estas versiones dietéticas de las sodas causan un efecto adormecedor de las papilas gustativas, y la sensibilidad al dulce será cada vez menor por lo que la persona para poder distinguir este sabor tendrá que ingerir mayores concentraciones de azúcar.
Hablando de azúcar este es el segundo enemigo de la formula. Sabían por ejemplo que una lata de soda pequeña contiene 16 cucharadas grandes de azúcar? Impresionante no? pues imagínense las personas que ingieren no latitas pequeñas sino los vasos gigantes que se expenden en los establecimientos de comida rápida mayormente.
Por si lo anterior no fuera suficientemente alarmante tenemos que las personas que ingieren sodas en lugar de bebidas saludables, van a tener una inadecuada ingesta de vitamina A, calcio y magnesio. Estos dos últimos minerales son depletados del cuerpo por la acción del acido fosforico que poseen las sodas, lo cual las convierte en “ladrones de calcio” con las respectivas consecuencia osteoporosis en mujeres y en hombres.
Otro detalle que no les mencione sobre el high-fructose corn syrup es que contiene elevadas concentraciones de radicales libres que son los principales causantes del daño celular, tisular y esto hace al cuerpo mucho mas susceptible de padecer enfermedades crónicas e inflamatorias.
Para demostrarles que ni siquiera el envase de las sodas es bueno, hay que recordar que la mayoría de ellas esta envasada en botellas plásticas, que contienen un químico llamado bisphenol A (BPA) el cual es ingerido por las personas adictas a los refrescos y una de las consecuencias de este químico es que suprime el sistema inmune con la cascada de eventos que vienen después de esta situación.
Estudios han demostrado que la soda de dieta, contribuye a que las personas aumenten de peso. La razón es porque cuando los sensores de nuestro cuerpo sienten que hay un sabor dulce, independientemente de que sea real o falso, la señal que sigue es la de almacenar grasa a toda velocidad, esta reacción bioquímica de nuestras hormonas nos hace además aumentar la sensación de hambre, se promueve la liberación de insulina y esto bloquea la capacidad de las células de quemar grasa.
O sea que por donde quiera que lo veamos, solo hay desventajas, unas mas simples otras muy graves, pero creo que vale la pena no correr el riesgo y no promover el consumo de estos productos entre nuestros hijos.