¿Alguna vez has notado que cuando alguien te habla a corta distancia la otra persona tiene mal aliento, o quizás alguna vez has notado que la otra persona te evade cuando te acercas a decirle algo? Tal vez te has sorprendido volteando la cara o incluso haciendo muecas de desagrado… Pues si, lo mas probable es que tengas halitosis, o comúnmente llamado mal aliento. Cuando esta situación sucede no podemos evitar preguntarnos: "¿es que acaso no se da cuenta?”. Lo cierto es que sea cual sea la causa es una situación muy embarazosa, desagradable que puede costarnos, trabajos, relaciones y hasta amistades.
La mayoría de los casos se debe a una enfermedad de las encías o "gum dissease" que se da por la colonización de bacterias que se acumulan entre los dientes y la parte de la encia que los aloja. Esto a su vez se acelera cuando la limpieza dental no se da con la técnica o la frecuencia adecuada. Pero también existen otros casos, como por ejemplo los fumadores, los que toman mucho café o incluso en el caso de que la persona este usando algunos medicamentos específicos. También se ha visto que una dieta muy cargada de cebolla, ajos y chili de manera frecuente puede producirnos cambios en el olor del aliento.
Una vez descartadas causas dentales, dietas o uso de fármacos, entonces comenzamos descartando otras enfermedades un poco más complicadas como los casos de sinusitis crónicas, donde esas secreciones mucosas se acumulan en los senos paranasales y luego gotean hacia la cavidad bucal produciendo ese olor tan desagradable. También en el caso de las enfermedades del tracto gastrointestinal superior, como úlceras gástricas, esofágicas, semiobstrucciones esofágicas por tumoraciones, etc. puede verse como parte de otros síntomas, el mal aliento debido a la mala digestión de algunos alimentos o a la acumulación de los mismos en el esófago o el estomago por más tiempo del indicado.
Pero es bueno saber que aparte del tratamiento con el odontólogo y con el médico, en el caso de que fuera necesario, también existen otros métodos naturales y que son fáciles de aplicar en casa, para acelerar la desaparición de esta condición:
- Hojas de menta o gotas de esencia pura de menta: en cualquiera de las dos presentaciones se sugiere colocarlas en la base de la lengua y mantenerlas allí hasta que se absorban. Esto puede repetirse varias veces al dia.
- Masticar unas semillas de hinojo, de cardamon o clavos de olor, sobretodo después de las comidas pues también se le reconocen efectos digestivos, y tienen un aroma anisado y fuerte que combate los olores durante tiempo más largo que la pasta dental.
- Aumentar el consumo de frutas y vegetales frescos, preferiblemente crudos, sobretodo los mas aromáticos: duraznos, cítricos, papaya, melones, celery, zanahorias, cilantro, perejil, menta, etc. Estos además de tener alto contenido de agua, también un efecto "limpiador" mientras son masticados y deglutidos.
- Limitar el consumo de alimentos fermentados o de ingredientes que pueden descomponer con más facilidad el contenido gástrico como: quesos curados, azúcares refinados, alcohol o vinagres muy elaborados.
- Agregar la clorofila en forma de gotas, líquido o incluso pastillas masticables: este maravilloso pigmento que le da el verdor y la frescura a las plantas ha sido usado por décadas por los odontólogos como parte de las pastas dentales y los enjuagues bucales y ahora puede conseguirse fácilmente en las tiendas orgánicas y naturistas.
Finalmente es importante recordar que aun cuando no exista ninguna de las condiciones antes mencionadas es importante mantener una salud bucal y prevenir enfermedades y la mejor manera, las más fácil y la de mejor sabor ¡está en la punta de tu tenedor!
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